Somos verdaderamente valientes, cuando nos atrevemos a decir lo que nos pasa, cómo nos sentimos y lo que pensamos de verdad. Solo así, encontramos nuestro sentido de vida, a las personas apropiadas para compartir el camino y alcanzamos las cosas que realmente nos mueven el alma.
Muchas veces, creemos que es mejor no hablar, como si callar cambiará lo que ocurre. Sólo es una forma de enmascarar, camuflar o esconder lo que ya está pasando y sin darnos cuenta, nos va alejando de nuestro sentido de vida, eso, que nos hace sentirnos motivados, respetad@s, comprendid@s, … y en el lugar apropiado.
Cuando callamos, nos alejamos de nosotr@s y nos quedamos, en lugares o junto a personas que no son las apropiadas.
La honestidad respetuosa, nunca alejo a nadie importante, solo a quien tenía un interés en nosotr@s o le falta comprensión y respeto ajeno.
La palabra valiente viene de valor, toda aquella persona que sabe ver su valor, tiene valor para mostrarse en el mundo, entendiendo que tan importante es mostrarnos como la forma en la que lo hacemos. Para existir, no hay que pasar por encima de nadie, tan solo, ocupar nuestro lugar.
Tenemos derecho a existir, tal y como somos respetando el espacio común con los demás.
Recuerda que la verdad solo duele, cuando no estamos preparad@s para afrontarla. Ella no es la que nos daña, sino nuestra incapacidad de ver lo que de verdad ocurre y nuestro empeño, en mantener una idea imaginada.
¿Encaras o enmascaras?
¿Eres valiente?
¿Sabes tú valor?
Rocío Lagares Vila